Pablo en su carta a los efesios nos habla de la plenitud de Dios y esta plenitud de la que nos habla la biblia consiste en un amor: "que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios", Efesios 3:19. Este amor sobrepasa nuestro conocimiento, es decir es una gracia, un carisma: "Este fue el regalo que Dios me dio por su gracia, conforme a su poder eficaz", Efesios 3:7; y ese amor proviene de la sabiduría de Dios: "El fin de todo esto es que la sabiduría, en toda su diversidad, se dé a conocer ahora", Efesios 3:10.
Este amor es además un misterio, es decir es algo que no es evidente, que debe ser revelado: "Sin duda se han enterado del plan de la gracia de Dios que él me encomendó para ustedes, es decir, el misterio que me dio a conocer por revelación", Efesios 3:2-3.
El misterio de la plenitud de Dios es ser sabio como Dios es sabio: "Sean perfectos, como el Padre celestial es perfecto", Mateo 5:48, es estar lleno del espíritu santo: ¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que lo demuestre con su buena conducta, mediante obras hechas con la humildad que le da su sabiduría" Santiago 3:13.
Y esta plenitud es fundamentalmente un misterio que proviene del amor y de la sabiduría de Dios porque esta en nosotros como un potencial, el potencial de la semilla es el árbol que fructifica, el potencial del gusano es la mariposa, Jesús nos compara el Reino de Dios con un tesoro escondido, con algo que esta en nosotros y debe ser descubierto: "El reino de los cielos es como un tesoro escondido en un campo. Cuando un hombre lo descubrió, lo volvió a esconder, y lleno de alegría fue y vendió todo lo que tenía y compró ese campo.", Mateo 13:44.
La plenitud de Dios es la adultez, pero esta adultez se alcanza a través de la progresividad, los dones espirituales son progresivos, es decir, son camino porque se crece, el Reino de Dios es como la levadura que fermenta:"El reino de los cielos es como la levadura que una mujer tomó y mezcló con una gran cantidad de harina, hasta que fermentó toda la masa", Mateo 13:33.
La plenitud de Dios se manifiesta en nosotros, en los frutos del espíritu, que son los fines últimos de la vida humana y los rasgos del carácter de Dios: "En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad,bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas" Gálatas 5:22-23.