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El arte de escuchar

El arte de escuchar El arte de escuchar

El arte de escuchar es también conocido como escucha sagrada en el antiguo testamento, como justicia exacta en la obras de Aristóteles y como Don de Consejo  según los libros escolásticos, Tomas de Aquino en particular.
El don de consejo es uno de los 7 dones del espíritu santo: escucha, es decir percibe con atención; medita con intuición e inspiración, decide creativamente.
Este don o virtud perfecta hace uso de las facultades del espíritu que son la intuición, la inspiración, la creatividad. El don de consejo se diferencia de la prudencia en que esta hace uso de las facultades del alma: la fantasía y la imaginación. La Prudencia responde al alma, el consejo al espíritu. Casos conocidos de esta virtud perfecta son: "Den al César lo que es del César", Lucas 10:25: "el que no tenga pecado que arroje la primera piedra", Juan 8:7.
A través de este don emulamos a Dios, es decir, resolvemos captando la personalidad de Dios.  Según Aristóteles, en su libro Retorica, la emulación es lo contrario al menosprecio, se emulan las grandes personalidades, emular es imitar con el deseo de igualar.
Tomas de Aquino define a los dones como perfecciones y siendo el Consejo una virtud máxima en su género es un don. Tomas de Aquino lo considera un don del entendimiento junto con los dones de ciencia y discernimiento. Tomas de Aquino llega a definir la palabra de Dios como "sabiduría engendrada por el consejo", es decir la Palabra de Dios es fruto de la escucha.
Las características del arte de escuchar son precisión y exactitud, la justicia exacta busca la verdad. Ahora bien, si las característica del Don de Consejo son precisión y exactitud. ¿Que es la Justicia?, ¿Que es el pecado?
La respuesta es muy simple: la Justicia y el pecado son formas del error. La enseñanza del error se denomina herejía. Hereje significa maestro del error.
La Regla de Oro, y el Don de Consejo nos indican el recto camino, hacer lo correcto porque es lo correcto, los valores, los mandamientos son formas del error. Estamos llamados a vivir los dones recibidos.